1 de febrero 2019, por Jennifer Grafiada
Traducido por Verónica Belli Obando
Imagina que luego de parir puedas dedicarte a descansar y acurrucarte con tu bebé recién nacido por un mes o incluso más. Quienes te aman se encargan de la cocina y de la limpieza, y te ayudan con los baños y cuidados para el recién nacido. Tienes infusiones calientes para acompañar a los baños de vapor -ambos con hierbas sanadoras que reconfortan y rejuvenecen. Mujeres sabias y amables comparten su sabiduría sobre la maternidad contigo, y están dispuestas a ayudar en caso lo necesites con la lactancia y los hipos del bebe. A ti, la nueva mamá, se te trata con ternura y respeto. Tu espacio se mantiene en paz y tranquilidad. Luego de unas pocas semanas, estás lista para compartir a tu pequeño bebé con el mundo y para salir de los límites seguros de tu propio hogar con confianza y fortaleza.
Lo creas o no, la práctica de reservar treinta o cuarenta días para la recuperación postparto, o los días que sean necesarios, es una práctica común a nivel mundial y viene de miles de años atrás. Un texto ayurvédico de 400 AC dictamina que “Una nueva madre debe ser tratada con masajes, baños tibios, una dieta específica y bebidas herbales que prevengan la infección, promuevan la vitalidad y alivien vata (una línea de energía en el cuerpo).1
En su libro “The First Forty Days: The Essential Art of Nourishing the New Mother” (“Los primeros cuarenta días: el arte esencial de nutrir a la nueva madre”), escrito por Heng Ou, la autora cuenta su experiencia con el zuo yuezi, la tradición china de honrar y cuidar a la madre durante el mes siguiente de haber dado a luz.1 Esta práctica ha sido honrada en los hogares de China por alrededor de cuatro mil años y sigue estando presente y viva. En todo el mundo podemos encontrar tradiciones y rituales comparables, desde Malaysia hasta India, y también en Latinoamérica.
En este periodo de tiempo, los miembros de la familia, los amigos, las doulas y las parteras se encargan del baño de la madre y del bebé (a menudo con hierbas en lugar de con jabones duros); de masajearlos con aceites especiales e infusiones; y de cocinar y servir alimentos especiales. Mientras que las comidas variarán según región y cultura, todas tienen esto en común: son cálidas, sanadoras, llenas de vitaminas y minerales, y fáciles de digerir. Muchas son seleccionadas específicamente por su contenido nutricional y su habilidad de sanar órganos y promover la lactancia.
“TIEMPOS MODERNOS”
En contraste, en lo que podríamos llamar “tiempos modernos”, a muchas mujeres en el mundo occidentalizado se les ha impregnado la idea de que dar a luz es algo de lo que uno debería “recuperarse” de inmediato, físicamente y en todos los ámbitos. Los empleadores en ocasiones son reacios a otorgar una licencia por maternidad pagada, o simplemente a la madre no se le permite apartarse por mucho tiempo del trabajo. Los miembros de la familia puede que no vivan cerca, o que no estén en condiciones de ayudar. Incluso los esposos -o las parejas- a veces no entienden los cambios físicos y emocionales que la nueva madre acaba de atravesar al traer al mundo una nueva vida.
Como resultado, las madres podrían sentirse sobrecargadas y fuera de sí mismas. Mientras que a su bebé se le está dando atención, como bien merece, a ella se le deja para que por sí misma tenga que lidiar con los cambios de estilo de vida -y la falta de sueño- que la maternidad inevitablemente acarrea. El cansancio extremo en las primeras semanas es bastante común, e incluso es de esperarse. Tristemente, si nadie está cuidando a la nueva madre, el descanso adecuado y la nutrición podrían truncarse en lo que de otra manea podría haber sido un tiempo mágico de vinculación emocional entre la madre y el bebé.
LA NECESIDAD DE NUTRICIÓN PROFUNDA
¿Cuáles son las consecuencias de no cuidar a la madre en este periodo de tiempo tan delicado? Algunas culturas creen que ser negligentes con las necesidades de la madre en el postparto puede tener efectos perjudiciales, cuya duración puede llegar hasta los años de la menopausia de la mujer, e incluso más allá. Sea o no ese el caso, está claro que la salud postparto es un aspecto de la salud de la mujer que a menudo es subestimado.
Vale la pena hacer notar que con las fluctuaciones hormonales y las reconfiguraciones de las dinámicas de la familia que ocurren luego del nacimiento de un nuevo bebe han de esperarse algunos cambios emocionales. Los cambios de humor y los momentos de tristeza pueden ser bastante comunes, especialmente si el parto por algún motivo fue traumático. Algunas mujeres, sin embargo, experimentan problemas que duran más allá del periodo postparto, como depresión severa y ansiedad, fatiga extrema, dificultad para recordar, y más. El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés) estima que la depresión postparto afecta al 15 por ciento de las mujeres luego del parto.2 Muchos científicos (y entendidos miembros de la Fundación Weston A. Price) creen que las deficiencias nutricionales severas, que hoy en día son comunes entre las mujeres, son parte del origen de la depresión postparto.
No es secreto que criar a un bebé requiere de una cantidad masiva de “material de construcción” de parte del cuerpo de la madre, motivo por el cual las culturas tradicionales practicaban un espaciamiento entre un hijo y otro de al menos tres años; esta práctica permite a la mujer reponer las reservas nutricionales dentro de su cuerpo. Sin embargo, el cuerpo de la mujer moderna a menudo está agotado de nutrientes desde antes de que la concepción ocurra, y probablemente la dieta que lleve durante el embarazo esté cargada de azúcares refinados y comida ultraprocesada. En estos casos, el embarazo “robará” los nutrientes contenidos en el cuerpo de la madre para nutrir al feto de la madre, tomando el calcio de sus huesos y dentadura, y reduciendo las reservas de los ácidos omega-3 que son críticos para el balance emocional de la mamá.
Los nutrientes que pueden estar agotados incluyen el hierro, el folato, el calcio, el potasio, la vitamina D, la vitamina A y los carotenoides, el magnesio, el yodo, el omega 3, el fósforo y el zinc, el DHA y otros ácidos grasos esenciales, la vitamina B12 y el selenio.3 Estas deficiencias pueden causar cambios permanentes en el cerebro y cuerpo de la madre. La nueva mamá puede tener dificultad en recordar o aprender nuevas cosas, o puede sufrir de ansiedad o depresión. Una falta de suficiente vitamina A puede resultar en cambios perjudiciales notables en la visión. Imágenes de antes y después a veces muestran cambios tales como labios más delgados y la espina dorsal curvada.
Equivocadamente, muchas mujeres creen que tomar una pastilla prenatal (vitaminas prenatales) antes, durante y después del embarazo será suficiente para cubrir cualquier deficiencia. ¿Entonces por qué no simplemente tomar estas píldoras? Mientras que algunos suplementos de muy alta calidad pueden ciertamente ser útiles, están muy lejos de ser capaces de cubrir la nutrición en el embarazo. Las cápsulas sintéticas no contienen los cientos de isómeros y moléculas relacionadas que existen en la naturaleza, de manera que el cuerpo no los reconoce ni absorbe tan fácilmente. Además, la síntesis de estas moléculas en el laboratorio crea subproductos artificiales que pueden incluso ser dañinos.
Un estudio que observó el uso de vitaminas prenatales en mujeres estadounidenses encontró que las mujeres aún desarrollaban déficits de niacina, tiamina y vitaminas A, B6 y B12 que duraban hasta el tercer trimestre (y presumiblemente más allá de eso).4 Las vitaminas prenatales además no atienden adecuadamente las necesidades de las mujeres embarazadas de vitamina D, ácidos grasos esenciales de cadena larga, o colina. En muchos casos los complejos vitamínicos prenatales no contienen colina. En resumen, mientras que las mejores fórmulas prenatales pueden ser de ayuda, las respuestas a las necesidades nutricionales del embarazo están, antes que en ningún otro lugar, en nuestro plato de comida.
COMIDAS CÁLIDAS Y NUTRITIVAS
La Weston A. Price Foundation (WAPF) ha sido una institución pionera en este aspecto, ayudando a muchas nuevas y futuras madres con recomendaciones de alimentación que se basan en la sabiduría ancestral tradicional (y validadas por la ciencia moderna). En mi refrigerador tengo el magneto de la WAPF con el título “Dieta para mujeres lactantes y embarazadas” que enlista los alimentos recomendados, y pienso que ese magneto debería darse como regalo en cada baby shower (junto con una copia de Nourighing Traditions5 y The Nourishing Traditions Book of Baby & Childcare6). La dieta tiene guiones enlistando los alimentos que está bien consumir y los alimentos que es necesario evitar.7
La lista será familiar a aquellos que conozcan la propuesta de las “Sabias Tradiciones” de la Weston A. Price Foundation. Esta incluye órganos y carnes de pastura de fuentes locales (llenas de hierro, selenio y vitaminas del complejo B); huevos ricos en colina, ácidos grasos, y vitamina D; alimentos marinos silvestres que contienen yodo y zinc; mantequilla de pastura que contiene el famoso factor X (vitamina K2); aceite de hígado de bacalao natural para obtener vitamina A; lácteos fermentados y leche cruda (con moléculas que potencian el sistema inmunológico y bacterias benéficas); y cálidos y fragantes caldos, sopas y estofados que pueden consumirse fácilmente a lo largo del día.7
Los libros de Sally Fallon Morell Nourighing Traditions5 y Nourishing Broth: An Old-Fashioned Remedy for the Modern World8, contienen muchas recetas deliciosas, así como el sitio web westonaprice.org. Las comidas pueden hacerse con anticipación en los días previos al nacimiento del niño y congelarse, o puedes pedir que tu familia -o la familia de quien vaya a parir- se encargue de la preparación de las comidas en el periodo que sea necesario. No olvides pedir ayuda también en otros aspectos, como en llevar a cabo la limpieza del hogar, el lavado de la ropa, hacer las compras, y tener listas infusiones y pomadas que necesites para sentirte bien.
ALIMENTOS QUE ESTIMULAN LA PRODUCCIÓN DE LECHE MATERNA
El capítulo siete de The Nourishing Traditions Book of Baby & Childcare6 contiene muchas páginas de consejos para madres lactantes. Las madres lactantes requieren más calorías que la mujer promedio y deberían preocuparse de comer abundantes comidas nutritivas y acogedoras. También deberían tomar cantidades generosas de agua fresca y limpia (o infusiones de hierbas). El libro recomienda leche cruda, caldos de huesos, avena remojada y bebidas de fermentación láctica como la kombucha para estimular la producción de leche. Interesantemente, todos estos eran alimentos que mi cuerpo naturalmente tenía muchas ganas de comer en los primeros dos meses del periodo postparto, cuando sentía que estaba cuidando y nutriendo a mi bebe las 24 horas del día. Recuerdo cuando la mujer que me trae la leche pasó por mi casa, yo parecía no tener suficiente con toda la crema de leche que me dejaba, y me sentía totalmente agradecida de que me la pudieran entregar en mi casa. Ella mencionó que su madre siempre le dijo que “la leche hace leche”. Este es el tipo de conocimiento ancestral que beneficiaría a muchas personas a quienes las autoridades de nutrición lamentablemente les han lavado el cerebro alejándolas de alimentos como la grasa de la leche.
¿DEBERÍA COMER MI PLACENTA?
¿Qué hay de comer la placenta? Comer nuestra propia placenta se ha convertido recientemente en una práctica común entre algunas madres “con un enfoque natural”, y muchas aseguran que hacerlo eleva significativamente su ánimo y sus niveles de energía. Una miembro de la WAPF relata: “Definitivamente yo estuve en una ruleta emocional por unos cuantos meses luego del nacimiento de mi primer hijo. Mis dos hijos nacieron en casa, y con mi segundo hijo tuve una larga conversación con la partera sobre qué hacer con la placenta. Finalmente decidí comerla. La partera trozó la placenta y dividió los pedazos en cinco porciones, que congelamos. Durante cinco días incluí a diario una de las porciones en un batido (no tenían tanto sabor, simplemente sabían como batidos normales). Me sentí tan fuerte y estable emocionalmente, fue como la noche y el día si lo comparamos con mi primer embarazo. Simplemente parecía funcionar en poner todo mi cuerpo de vuelta en un estado estable y funcional. Yo sé que no es una opción por la que muchas mujeres optarán, pero yo lo haría de nuevo sin duda alguna.
Para quienes no quieran ir por ese camino, comer una dieta rica en órganos como el hígado también ayudará a repletar los niveles de hierro y así mejorar el ánimo y la vitalidad. Otra miembro de la WAPF comparte lo siguiente: “Luego de que tuve a mi hija, me costó mucho balancear todas mis responsabilidades de ser madre de dos. Había estado embarazada o dando de lactar por tres años, y mi cuerpo estaba sintiendo los efectos de años de proveer a otros humanos. Mi umbral de estrés era mucho más bajo, y me encontré a mi misma frustrada o simplemente molesta sin razón ni motivo. Luego pasaría a sentirme culpable y deprimida debido a la manera en que estaba reaccionando. Tuvieron que pasar dos años luego del nacimiento de mi hija para que mi cuerpo regrese a su estado normal y mis hormonas finalmente se nivelen. Tomar aceite de hígado de bacalao y tablas de hígado disecado definitivamente ayudaron.”
TIROIDITIS POSTPARTO
Las mamás primerizas que están sintiéndose particularmente cansadas por periodos extensos de tiempo pueden considerar revisar su glándula tiroidea. Los síntomas de hipotiroidismo pueden incluir neblina mental, piel seca, ganancia de peso, intolerancia al frío, constipación, y caída de cabello. Esto puede diagnosticarse como tiroiditis de Hashimoto o tiroiditis postparto. La Dra. Kelly Brogan escribe: “En la tiroiditis postparto, típicamente ocurre un periodo previo de hipertiroidismo donde las mujeres pueden sentirse hiperenérgicas, sufrir de insomnio, diarrea, ansiedad y pérdida de peso precipitada -estas son las mujeres que por lo general se recuperan rápido luego de tener al bebe, pero nueve meses después están arrastrándose por el suelo.” Brogan declara que alrededor del 10 por ciento de las mujeres desarrollan esta condición, y que frecuentemente pasa sin diagnosticarse o es mal diagnosticada.
NUTRIENDO A LAS NUEVAS MAMÁS
Si tú o alguien que amas está esperando un bebé, asegúrate de tener todo planeado para el mes o los dos que siguen. Mientras que el bebé ciertamente merece recibir amor y atención, también la nueva madre necesita ser atendida, cuidada, mimada y escuchada. Heng Ou incluye en su libro esta cita de una mujer medicina chumash de Ensenada, México: “Cuando una madre tiene un problema, lo primero que le digo es: “Tú necesitas ser mimada”. Pon tus pies hacia arriba, tu cuerpo necesita estimularse y ser incentivado con el tacto si quieres salir bien de este tiempo duro.”1
A pesar de que pueda demandar cierto planeamiento y previsión, en medio de una sociedad tan acelerada como la nuestra -así como varias conversaciones con miembros de la familia y amigos para explicarles- traer de vuelta el arte perdida de cuidar y nutrir a la nueva madre muy probablemente hará maravillas no solo para ella sino para la familia entera, con dividendos que retornarán compensaciones por las siguientes décadas y generaciones.
REFERENCIAS
- Ou H. The First Forty Days: The Essential Art of Nourishing the New Mother. New York, NY: Harry N. Abrams; 2016.
- Pearlstein T, Howard M, Salisbury A, Zlotnick C. Postpartum depression. Am J Obstet Gynecol2009;200(4):357-364.
- “Vitamins for fetal develoopment: conception to birth.” [https://www.westonaprice.org/health-topics/childrens-health/vitamins-for-fetal-development-conception-to-birth/].
- Baker H, DeAngelis B, Holland B, Gittens-Williams L, Barrett Jr. T. Vitamin profile of 563 gravidas during trimesters of pregnancy. J Am Coll Nutr2002;21(1):33-37.
- Fallon S, Enig MG. Nourishing Traditions: The Cookbook that Challenges Politically Correct Nutrition and the Diet Dictocrats(2nd revised edition). Brandywine, MD: New Trends Publishing; 2001.
- Fallon Morell S, Cowan TS. The Nourishing Traditions Book of Baby & Child Care. Brandywine, MD: New Trends Publishing; 2013.
- “Diet for Pregnant and Nursing Mothers.” https://www.westonaprice.org/health-topics/diet-for-pregnant-and-nursing-mothers/.
- Fallon Morell S, Daniel KT. Nourishing Broth: An Old-Fashioned Remedy for the Modern World. Grand Central Life & Style; 2014.
- Brogan K. “Thyroid dysfunction and treatment.” https://kellybroganmd.com/thyroid-dysfunction-and-treatment/.
ANEXO
Sopa para el puerperio
(Esta receta se puede encontrar también en westonaprice.org/postpartum-recovery-soup/.)
La sopa incluye patas de cerdo, vinagre negro chino, azúcar de coco, y jengibre (kión) fresco. Si las patas de cerdo o algún otro ingrediente es difícil de encontrar en tu área, reemplaza los ingredientes por los que tengas a la mano, y ten en cuenta que cualquier caldo de huesos, ya sea de res o de pollo, será igual de reconfortante en el postparto.
Ingredientes:
- 2 patas de cerdo criado en pastos
- 2 ½ tazas de vinagre negro chino (disponible en mercados asiáticos) o vinagre balsámico (si no puedes encontrar el vinagre negro)
- ¼ de taza + 2 cucharaditas de azúcar de coco (o panela) (ayuda a equilibrar el sabor del vinagre en la receta)
- ½ taza de aminos de coco o salsa de soya
- Agua filtrada
- 1 pedazo de dos pulgadas de kión, en tiras
- Huevos, al menos dos por tazón de sopa
- Fideos para sopa, pueden ser de trigo, de arroz, o de vegetales espiralados.
Instrucciones:
- Ten las patas de cerdo cortadas en piezas de hasta una pulgada
- Cubre las patas cortadas con agua filtrada en una olla grande, cubre con una tapa y lleva a hervor por diez minutos.
- Escurre el agua y enjuaga con agua fría filtrada.
- Llena la olla donde están las patas hasta la mitad con agua filtrada. Añade el vinagre negro, el azúcar de coco, los aminos de coco y el jengibre. Si las patas no quedan cubiertas, añade agua para cubrirlas.
- Tapa la olla y lleva a hervor. Una vez que llegue al hervor, mantenlo hirviendo por 45 minutos. Si quieres añadir fideos, hazlo cuando sea pertinente según su tiempo de cocción.
- Cuando falte poco para que las patas estén listas, hierve los huevos en otra olla para tenerlos listos para la sopa.
- Para servir, en un tazón pon dos huevos y cúbrelos con la sopa que ya está lista. Asegúrate de tomar esta sopa a diario durante las primeras seis semanas postparto. ¡Que la disfrutes!
Este artículo formó parte de Wise Traditions in Food, Farming and the Healing Arts, la revista trimestral de la Weston A. Price Foundation, en la edición de invierno de 2018.
Acerca de Jennifer Grafiada
Jennifer Grafiada es terapeuta nutricional y chapter leader de la Weston A. Price Foundation en Southern Oregon. Puedes contactar a Jennifer en jennifer@jennifergrafiada.com.
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